Por Dr. Raúl Kam
Los meniscos son dos estructuras fibrocartilaginosas que se encuentran en medio de la articulación de la rodilla, entre el fémur y la tibia, en la cara interna y en la cara externa, los cuales están compuestos en su mayoría de agua y colágeno que le proveen características y funciones importantes. Al ser un tejido blando pueden soportar compresión, soportan el peso del cuerpo y aportan estabilidad debido a su forma en "C".Además, los meniscos tienen funciones de propiocepción (percibir la posición y movimiento de la rodilla) y nutrición de la articulación.
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En cuanto a los tipos de lesiones que pueden sufrir los meniscos podríamos dividirlas en 2 grandes grupos: Lesiones Traumáticas y Lesiones degenerativas.
Las lesiones traumáticas son las que encontramos sobre todo en la población joven, que suele ir acompañada de un movimiento o giro brusco de la rodilla y en un alto porcentaje se asocia a lesiones ligamentarias o lesiones del cartílago.
Mientras que las lesiones degenerativas son más comunes en una población mayor, que suele tener una sintomatología un poco más insidiosa, sin muchas veces tener un trauma claro.
¿Cuáles son los síntomas de una lesión de menisco?
En las lesiones traumáticas, en su periodo agudo o inicial, el paciente va a referir dolor inmediato, muchas a veces asociado a un crujido, con limitación para caminar o doblar la rodilla. Además, el paciente puede notar en las primeras 24 horas un aumento de volumen o tamaño de la rodilla.
Si la lesión es traumática crónica o de tipo degenerativa, el paciente puede a referir periodos intermitentes de inflamación, dolor y una sensación de bloqueo mecánico, que no le va a permitir mover la rodilla de forma recurrente.
¿Cómo se diagnóstica una lesión de meniscos?
Como toda patología, es muy importante saber la historia clínica y realizar una exploración física minuciosa, evaluando la apariencia, movilidad y dolor del paciente, mediante pruebas específicas que se hacen en la consulta médica. Además, nos apoyamos en distintos estudios de imagen como: las Radiografías, que son efectivas sobre todo para descartar lesiones óseas, el Ultrasonido que nos permite una evaluación dinámica de la rodilla, aunque es limitada para evaluar en su totalidad al menisco, y la Resonancia Magnética que es el mejor estudio para evaluar las estructuras internas de la rodilla. La Resonancia Magnética, también nos puede ayudar a determinar el tipo de lesión, para poder tomar una mejor decisión de manejo de la lesión del paciente.
¿Cuáles son los tratamientos de las lesiones de meniscos?
En cuantos a tratamientos en nuestra especialidad lo dividimos en tratamiento conservador y tratamiento quirúrgico.El tratamiento conservador, que suele ser el tratamiento inicial va a ir orientado al manejo del dolor, recuperar la movilidad y fuerza de la rodilla. Las distintas modalidades aplicadas son la fisioterapia, terapia farmacológica y en algunos casos se pueden realizar infiltraciones, que consiste en inyectar alguna medicación o terapia biológica, como el Plasma Rico en Plaquetas a la articulación, buscando ayudar al proceso de cicatrización de la lesión.
Debido a que la mayor presión que se ejerce sobre los meniscos es cuando se flexiona o se dobla la rodilla, se limita la flexión de la rodilla y las actividades de impacto en el proceso de rehabilitación.
Por otro lado, el manejo quirúrgico se indica al paciente que ha recibido un manejo conservador sin mejoría, si presenta lesiones de gran tamaño o forma en la Resonancia Magnética, si presenta lesiones asociadas de ligamentos o del cartílago o si presenta síntomas de bloqueo de la articulación.
En la actualidad el manejo quirúrgico más utilizado e indicado para esta patología es la artroscopia de rodilla, que consiste en una técnica mínimamente invasiva, que permite la visualización de la rodilla mediante una cámara, a través de heridas pequeñas.
Al tener una lesión meniscal se busca en la mayoría de los casos intentar reparar la lesión mediante distintas técnicas de sutura, para poder lograr la adecuada cicatrización del menisco y disminuir el riesgo de artrosis o desgaste de la articulación en un futuro.En los casos en que no se indica la reparación se puede realizar una meniscectomía parcial, que consiste en retirar el fragmento lesionado, tratando de preservar la mayor cantidad de menisco posible.
Luego de la cirugía, se debe realizar una rehabilitación adecuada, para poder lograr lo mejores resultados y evitar recaídas futuras.
Hablemos un poco de prevención: ¿cómo podemos cuidar nuestras rodillas para evitar lesiones cómo está?
En cuanto a prevención, debemos recalcar que es una lesión que se da en gran cantidad en actividades deportivas por lo cual es muy importante utilizar el calzado adecuado, realizar ejercicios fortalecimiento y de carga progresiva, para poder tener el mejor rendimiento al realizar el deporte.
En caso de que el paciente presente algún síntoma, que pueda sospechar una lesión de rodilla, se recomienda la evaluación por un especialista, para realizar el mejor manejo para su pronta recuperación.