La saliva es un fluido propio de la boca, compuesto en 99% por agua, que mantiene íntegras las mucosas. Funciona como lubricante natural de la boca y puede serlo también durante los encuentros sexuales de penetración.
La conexión que existe entre el acto de besar y la excitación sexual se debe a la pequeña, pero importante cantidad de testosterona (hormona que incrementa el deseo sexual) que contiene la saliva.
La saliva es entonces una herramienta que les permite a las personas descubrir el nivel de excitación de su pareja, ya que las cantidades y variaciones de la misma pueden determinar el éxito de un encuentro sexual.
Expertos en sexología señalan que besar es la forma de medir el mejor momento para saber cuándo acariciar la vulva y clítoris o penetrar, ya sea manualmente o con el pene.
Por otro lado, el sentido del gusto es otro factor clave en los mecanismos sexuales, ya que la química entre dos personas se potencia cuando mezclan sus salivas, prueban su piel y fluidos: semen, sudor, entre otros.
Otro aspecto característico de la saliva es que sirve para limpiar las heridas, actuando como un aséptico. En este sentido, algunos estudios científicos han revelado que la misma contiene un componente que inhibe la capacidad del virus VIH de infectar las células de defensa contra las infecciones (linfocitos), haciendo poco probable el contagio de esta enfermedad mediante un beso.
Sin embargo, si se podrían contagiar otras infecciones de transmisión sexual por la saliva (mediante el beso), tales como el herpes genital, sífilis y gonorrea.
La saliva es entonces un conductor de actos específicos en el momento sexual, que anima a más y abre espacios a otras experiencias. En el sexo, la saliva es un protagonista fundamental, porque es eficaz, tiene temperatura corporal y siempre está disponible.
Cuando te suscribes en SaludPanama, recibes un aviso cuando tenemos un nuevo texto, foto o vídeo, para que no te pierdas ninguno.