Por Luis Santamaría / Director General en Salud Panamá.
Los Pasos de Cebra o Pasos de Peatones son las zonas seguras por donde los peatones pueden cruzar la calle. Su diseño de líneas claras y oscuras, paralelas a la dirección de la calle, le indican a los conductores de vehículos que en deben detenerse para permitir el paso de las personas. Esta convención que además es legal garantiza que los humanos puedan movilizarse en los espacios físicos de las ciudades, compartiendo dichos espacios con maquinaria como autos, motocicletas y otros vehículos tripulados o no. Parece algo simple, pero cada día vemos casos en los que, o bien el peatón ha hecho un uso irresponsable o indebido de esta pieza de infraestrucutra, o el conductor de un vehículo la ha ignorado, o abusó de su derecho a circular sobre esta. En cualquiera de los casos, la situación generalmente termina mal para el peatón.
Hace un par de años, durante una conversación con el activista ciclístico Juventino Quiróz, creador de la Ciclovía y de muchos de los movimientos de promoción del uso de la bicicleta como medio de transporte, recibí un conocimiento que marcó mi vida, sobre todo como conductor. Comentaba Juventino: "La prioridad Número 1 en la pirámide de la mobilidad urbana (en la ilustración), es el peatón. Y al peatón le sigue la bicicleta, el transporte público, la carga y la logística, y por último, el transporte privado particular". Estas palabras parecen una recomendación cualquiera del libro de textos para el conductor, pero en realidad, describen un derecho de las personas que definitivamente debe respetarse, porque incide directamente en la seguridad e integridad del ciudadano.
Si lo vemos de manera literal, esta pirámide nos muestra una realidad distinta a la que se vive en nuestras calles. Quien va conduciendo piensa, también literalmente, que "Tiene Derecho a la Vía", cuando hay quienes tienen prioridad. El hecho de que un conductor se encuentre en su derecho a usar la vía, debe comprenderse en la justa dimensión que esta lógica describe. Y no es difícil de comprender: Si un peatón y un auto colisionan, quien va a terminar en peor estado es el peatón, incluyendo la posibilidad de perder la vida. Aparte, bajo prácticamente todas las circunstancias dentro de las que un vehículo y un peatón colisionen, la culpa legal y, por lo tanto, el castigo, recaerá sobre el conductor del vehículo, y no del peatón.
Pero, nuevamente, la lógica no parece ser muy popular en estos días en nuestras calles. Datos de la Contraloría General de la República de Panamá, indican que en el año 2017 se dieron 56,847 accidentes de tránsito en el país, con un total de 15,851 heridos y 422 fallecimientos debidos a estos accidentes, de entre los cuales 167 personas fallecieron debido a un atropello. Ciento sesenta y siete personas murieron en ese período en una situación que definitivamente podría prevenirse. Como comunidad, es una señal de cultura y madurez el preocuparnos por estos números, y ser parte de la intención ciudadana de reducirlos, de ser posible, a cero.
Nadie en su sano juicio sale a la calle a conducir, pensando en atropellar a otra persona. Creo que más que el 99% de estos 167 atropellos del año 2017, ocurrieron genuinamente por accidente. Pero una persona realmente conciente, sabe que esperar unos segundos y/o bajar la velocidad en solo un 20%, puede cambiar el resultado del encuentro entre un peatón y un conductor.
Por este motivo, quiero invitarte a "DARLE CON CALMA". A que comprendas que, cuando vas dentro de tu auto, en la comodidad de tu asiento, tal vez protegido por bolsas de aire y con aire acondicionado, los que van por la calle, especialmente los que lo hacen a pie o en bicicleta, tienen una prioridad física superior a la tuya, y es tu deber proteger su integridad. ¿Que no saliste a la calle a cuidar a nadie? Pues sí, lo hiciste. Desde que aceptaste la licencia de conducir y decidiste ir a dar un paseo, aceptaste que es tu deber conducir con cuidado y responsabilidad, y eso incluye que no atropelles a nadie. ¿Simple, verdad?
La próxima vez que conduzcas y veas el paso de cebra o paso peatonal, aunque NO veas personas, baja la velocidad. "Dale Suave" y piensa que ese espacio, ese pedacito de calle, no te pertenece solo a ti, sino a todos los que usan la vía, y con solo bajar un poco el ritmo, no detenerte, no desviarte, solo ser un poco más considerado, nos haces ver a todos en la ciudad como gente un poco más madura y culta, y luego, continúa tu camino y siente un poco de orgullo. Te lo habrás ganado.
Nota: El autor de esta nota fue atropellado por un conductor que conducía bajo la influencia del alcohol.