Para mantener los ojos saludables, con buena visión y sin incomodidad, es esencial que estos tengan una capa lagrimal adecuada y uniforme. Las lágrimas lavan la superficie del ojo para mantenerlo húmedo y eliminar el polvo, residuos, y microorganismos que podrían dañar la córnea y generar una infección ocular.
El síndrome del ojo seco es causado por una falta crónica de suficiente lubricación y humectación sobre la superficie del ojo. Las consecuencias de este problema oftalmológico incluyen desde una irritación ocular leve pero constante hasta una inflamación significativa, e incluso la aparición de cicatrices en la superficie frontal del ojo.
El Síndrome del Ojo Seco puede describir la resequedad e inflamación de la córnea, de la córnea y la conjuntiva o referirse a una calidad o cantidad inadecuada de las lágrimas.
Prevalencia
El "ojo seco" es una condición muy común y el síndrome crónico es una razón consulta oftalmológica frecuente. Una encuesta realizada por Clínica Mayo, reveló que casi la mitad (el 48%) de los estadounidenses mayores de 18 años de edad experimentaban regularmente síntomas de ojo seco.
Por otra parte, los resultados de una encuesta realizada por la Organización Gallup en 2012 demuestran que más de 26 millones de estadounidenses sufren de ojo seco, cifra que estiman que aumente a más de 29 millones para el 2022. Asimismo, estimó también que cerca de 5 millones de estadounidenses mayores de 50 años tienen síndrome de ojo seco como afección clínica significativa, y que el ojo seco afecta a casi el doble de las mujeres que hombres.
Síntomas
Los síntomas del síndrome del ojo seco abarcan: sensación de quemazón, picazón y/o dolor; pesadez en los párpados, fatiga ocular, sensación de resequedad, enrojecimiento de los ojos, fotofobia (sensibilidad a la luz), visión borrosa y sensación de cuerpo extraño (sentir que se tiene arenilla o algún otro objeto o material dentro del ojo).
En muy pocas ocasiones, los ojos llorosos también pueden ser un síntoma del síndrome del ojo seco. Esto se debe a que la resequedad de la superficie del ojo puede sobre estimular la producción del componente acuoso de las lágrimas como mecanismo de protección. Sin embargo, este "reflejo lagrimal" no permanece en el ojo el suficiente tiempo como para corregir el trastorno subyacente del ojo seco.
Además de estos síntomas, el ojo seco puede causar inflamación y daño (algunas veces permanente) en la superficie del ojo. El síndrome del ojo seco puede también afectar los resultados de la cirugía LASIK y la cirugía de cataratas.
Causas
El ojo seco tiene diversas causas. Se debe habitualmente al uso de lentes de contacto o a mantener la mirada fija en una pantalla de computador, tableta o equipo móvil durante mucho tiempo.
También es posible que la escasez de lágrimas sea consecuencia de una operación con láser; así como ser síntoma de alteraciones médicas de varios tipos: enfermedades autoinmunes (diabetes, trastornos relacionados con la tiroides, lupus, artritis reumatoide y Síndrome de Sjogren, entre otras), la blefaritis, presencia de infecciones (Hepatitis B y C y Sífilis), cambios hormonales, Hipertiroidismo y como efectos secundarios al consumo de ciertos medicamentos como los antihipertensivos, ansiolíticos, antidepresivos, somníferos o antihistamínicos.
Existen otros factores de riesgo que pueden impulsar el desarrollo de ojo seco como la exposición frecuente y de frente al aire acondicionado, los ventiladores de techo y los sistemas de calefacción, los cuales pueden disminuir la humedad ambiental interior y/o acelerar la evaporación lagrimal; los climas áridos y las condiciones ventosas o de bajos niveles de humedad, la realización de viajes frecuentes en avión y el consumo de tabaco.
Opciones de tratamiento
El tratamiento depende de sus causas. El uso de lágrimas artificiales u otras gotas lubricantes para los ojos representa el primer paso en el tratamiento del ojo seco. A menudo, las lágrimas artificiales proporcionan un alivio rápido; sin embargo, son sólo para tratar casos leves o esporádicos.
Cuando el ojo seco se acompaña de inflamación, la instrucción médica puede incluir el uso de gotas oculares con esteroides. Tambien se puede indicar el uso de Tapones lagrimales para ayudar a que las lágrimas permanezcan en la superficie del ojo por más tiempo.
La Expresión de las glándulas de Meibomio es otra opción de tratamiento, en la que el doctor, en el mismo consultorio, luego de colocar compresas calientes sobre los párpados del paciente, utiliza un dispositivo tipo fórceps para comprimir el contenido obstruido de las glándulas de Meibomio, el cual incluye varias sustancias, entre ellas, el compuesto aceitoso endurecido llamado meibum, reduciendo con ello la obstrucción de este aceite, esencial para evitar que la película lagrimal se evapore demasiado rápido, no puede hacer su trabajo de mantener lubricado el ojo.
Uno de los últimos avances en el tratamiento del ojo seco es el uso de Luz pulsada intensa. Durante más de una década, la FDA ha aprobado el uso de luz pulsada intensa (IPL, en inglés) para tratar la rosácea ocular, caracterizada por la dilatación de los vasos sanguíneos pequeños que fluyen a lo largo de la base de las pestañas en pacientes que sufren de blefaritis y que contribuye a causar los síntomas del ojo seco.
En el tratamiento con IPL, un dispositivo de mano emite destellos de luz brillante sobre la piel. La luz se filtra para permitir solo las longitudes de onda que puedan ser absorbidas por los vasos sanguíneos dilatados. El efecto de este tratamiento es la resolución de la presencia de vasos dilatados e inflamación.
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